Reflujo silencioso: cuando el reflujo no se nota

¿Reflujo (ERGE)? ¿No es esta la enfermedad que causa acidez estomacal y otros problemas digestivos? Es cierto, pero lamentablemente no siempre es así: el reflujo asintomático es imperceptible para quienes lo padecen, con la característica sensación de ardor detrás del esternón. Por lo tanto, muchas personas ni siquiera saben que padecen reflujo. Pero ¿cómo se puede reconocer el reflujo asintomático? ¿Es realmente peligroso?

Descripción general: Reflujo silencioso: cuando el reflujo no es perceptible

Reflujo silencioso: ¿Qué es?

El reflujo en sí es fácil de explicar: es el retorno de la pulpa de los alimentos junto con el ácido gástrico agresivo desde el estómago hacia el esófago. ¿Cómo puede ocurrir esto?

Si la producción de ácido gástrico excede su nivel normal o si el esfínter entre el esófago y el estómago se debilita, el mecanismo que cierra el estómago hacia arriba puede fallar. Por lo tanto, el contenido del estómago entra al esófago en dirección contraria a la que debería.

El problema es que la mucosa del esófago no está protegida del ácido del estómago, lo que produce dolor e inflamación.

El reflujo asintomático, por otro lado, no se identifica con la acidez estomacal clásica . Aunque el problema es el mismo en este caso y se presentan las inflamaciones y lesiones habituales, la persona afectada no siente dolor detrás del esternón.

En muchos casos, este fenómeno se presenta junto con el llamado reflujo laringofaríngeo ( RLF ), en el que el ácido estomacal penetra en la zona de la laringe y la garganta. El RLF se presenta principalmente por la noche, cuando el paciente está acostado. Tanto la postura como el sueño favorecen el reflujo silencioso.

Síntomas y riesgos del reflujo silencioso

¿Acidez estomacal que no notas? Puede que al principio no suene tan mal, pero al analizarlo con más atención, se hace evidente: si no sientes el reflujo, no haces nada al respecto.

Sin el tratamiento adecuado y revisiones médicas regulares, es fácil desarrollar enfermedades secundarias; si se detectan, solo se detectan en una etapa muy avanzada. Las posibles complicaciones incluyen:

  • Inflamación del esófago
  • Úlceras o sangrado
  • Cicatrización y estrechamiento del esófago
  • Dificultad para tragar
  • Cáncer de esófago

Por eso es especialmente importante mantener los ojos abiertos, especialmente si usted ha tenido problemas de acidez estomacal anteriormente o si existen antecedentes familiares de reflujo.

Porque el reflujo silencioso no desaparece del cuerpo sin dejar rastro. Algunas molestias pueden ser un indicio claro de la enfermedad si reaparecen con frecuencia o incluso se vuelven crónicas. Por ejemplo:

  • Ronquera
  • Dolor de garganta
  • Dificultad para tragar
  • Tos
  • Aclaramiento de garganta frecuente
  • Asma e infecciones respiratorias frecuentes
  • Náuseas
  • Laringitis

Si nota que presenta estos síntomas con más frecuencia de lo habitual, por ejemplo, si empeoran por la noche o por la mañana, es recomendable consultar a un médico. Este podrá determinar si sufre de reflujo asintomático o si existen otras causas.

Diagnóstico y tratamiento

La dificultad para diagnosticar el reflujo silencioso es establecer la conexión entre los síntomas comparativamente inusuales y la enfermedad por reflujo.

Diagnóstico y tratamiento

Pasos de diagnóstico y tratamiento
  • Consulte a un médico si tiene tos persistente, infecciones respiratorias recurrentes o síntomas inusuales.
  • Proporcionar historial médico que incluya acidez estomacal previa, antecedentes familiares de reflujo, obesidad, dieta y medicamentos.
  • El médico puede realizar una gastroscopia para inspeccionar el esófago y el estómago en busca de daños por ácido.
  • Utilice la medicación adecuada para controlar la producción y los efectos del ácido estomacal.
  • Adaptar la dieta para reducir los desencadenantes de la obesidad y el reflujo.
  • Identificar los factores de riesgo personales para apoyar la prevención.
  • En casos graves, se puede considerar la cirugía para detener permanentemente el reflujo.

Las personas afectadas no presentan los síntomas típicos del reflujo; acuden al médico porque sufren, por ejemplo, tos persistente o infecciones respiratorias recurrentes. El médico debe tener en cuenta el posible diagnóstico de "reflujo asintomático": en la conversación con el paciente, algunos puntos pueden proporcionarle pistas decisivas.

Problemas de acidez estomacal en el pasado, antecedentes familiares de reflujo, obesidad, una mala alimentación, comer demasiado tarde por la noche o tomar medicamentos que promueven el reflujo aumentan la probabilidad de un reflujo desapercibido del contenido del estómago.

Cada vez hay más conciencia sobre las consecuencias del reflujo ácido gástrico en las vías respiratorias: cada vez más estudios demuestran que, en muchos casos, el reflujo es la causa de bronquitis crónica o asma. Por lo tanto, los expertos recomiendan que, una vez diagnosticada una enfermedad respiratoria crónica, se revise siempre la presencia de reflujo.

A menudo, el reflujo asintomático solo se detecta cuando el médico realiza una gastroscopia como medida preventiva o si se sospecha otra enfermedad del tracto digestivo.

En este procedimiento, inserta un dispositivo tubular con una pequeña cámara a través de la boca del paciente. Esto le permite comprender la situación en el esófago y el estómago y detectar directamente si el ácido estomacal ha causado algún daño.

Una vez que se detecta el reflujo silencioso, el tratamiento es el mismo que para el reflujo “normal”.

Una medicación adecuada puede controlar la formación y/o el efecto del ácido estomacal, una dieta adaptada reduce la obesidad y la acidez estomacal, así como otros efectos del reflujo , y la identificación de los factores de riesgo personales apoya significativamente la prevención.

En casos graves, el médico y el paciente también pueden considerar la cirugía, que puede poner fin de forma permanente al reflujo.

Reflujo silencioso: cuando el reflujo no es perceptible
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